FICHAS DE RECUPERACIÓN DE LA LECTOESCRITURA 4

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Nivel escolar: a partir de 8 años.

Hacia los 9 ó 10 años, generalmente los niños y las niñas han superado la mayor parte de los trastornos básicos, pero le suelen quedar ciertas secuelas que impiden su  pleno rendimiento.

Por  ejemplo, aunque haya conseguido una lectura comprensiva, ésta será lenta y poco expresiva; su ortografía seguirá siendo mala: precisamente la disortografía es la nota característica de la dislexia en esta última etapa junto con la pobreza de expresión verbal.

Por  todo ello, la corrección no puede darse por terminada con la superación del nivel anterior, sino que  estimamos conveniente establecer otro nivel que sirva, tanto para afianzar las nociones adquiridas como para aminorar las dificultades que se le presentan todavía.

Los ejercicios básicos a realizar en  este nivel se agrupan en torno a las  siguientes actividades:

  • Ejercicios de actividad mental:
    • Seriaciones: Se continúan las iniciadas en el nivel escolar con números, ya sin apoyos gráficos y se introducen otras con letras, que implican un mayor grado de abstracción.
    • Atención y memoria: Diversificadas en dos tipos: visuales y auditivas.
    • Discriminación: Continúan los ejercicios de fondo-forma y de semejanzas y diferencias, así como los de búsqueda de relaciones.
  • Ejercicios perceptivo-motores:
    • Van encaminados a consolidar los conocimientos ya adquiridos y afianzar el concepto de las posiciones y el movimiento, así como aumentar el dominio personal de sus movimientos hasta alcanzar una mayor finura y precisión. Para la consecución de objetivos se realizan ejercicios de:
      • Esquema corporal: con los que se trata de automatizar la concepción de  la relatividad de las posiciones espaciales.
      • Movimiento: que  incluyen juegos motrices más complejos, actividades de equilibrio estático y dinámico y ejercicios de relajación más autónoma que en las etapas anteriores.
  • Ejercicios de orientación espacio-temporal:
    • Mediante ellos se trata de automatizar las nociones ya trabajadas en el nivel anterior, reforzándolas y ampliándolas. Las  actividades son similares, con un orden creciente de  dificultad, y constan de ejercicios gráfico en un plano y de ejercicios de desarrollo de figuras, en lo que se refiere a la orientación espacial. Los temporales continúan con el manejo del reloj, ordenación de historietas, basadas más en la comprensión verbal que en la plástica, cálculo de duración de períodos de tiempo y ritmo.
  • Ejercicios de lenguaje y escritura:
    • Teniendo en cuenta que  el nivel adquirido ya permite a los alumnos expresarse por escrito y comprender lo que lee, es conveniente que los ejercicios de lenguaje tengan una  proyección escrita, además de oral.
    • Los niños y las niñas en este nivel están en posesión de un número amplio de vocablos y tienen el conocimiento básico de la estructura del lenguaje, pero su  factor de expresión verbal le  condiciona al rendimiento en esta área y en las afines. Por lo cual se deben realizar ejercicios que tiendan a favorecer la fluidez y agilidad en  el empleo de  términos verbales, y la  correcta utilización de la sintaxis.
    • A  tal  fin se pueden destacar los ejercicios de: definiciones de términos abstractos. manejo del diccionario, completamiento, ordenación y elaboración de frases, conversación dirigida, puntuación y e¡ejercicios de redacciones. Es muy importante conseguir que la lectura sea completamente comprensiva, y que  la ortografía sea correcta.

La metodología del cuaderno está realizada alternando un tipo de ejercicios con otro, de modo que los niños y niñas hagan el trabajo de forma variada y lo más amena posible, en un orden progresivo de dificultad.

Cuando se observe que al niño o a la niña le cuesta realizar un tipo de actividades se insistirá en ellas, repitiendo o elaborando otros ejercicios semejantes hasta su superación.

En todos los niveles, pero en esta edad, de modo imprescindible, el niño o la niña deben trabajar de una forma dinámica que le permita moverse, actuar y manipular.

Aunque parezca obvio, queremos hacer unas recomendaciones para evitar dos errores que hemos comprobado experimentalmente que se cometen con frecuencia:

  1. No se debe dejar que el niño o la niña trabaje solo, sino que hay que ayudarle y dirigirle en sus actividades.
  2. Hay que evitar la sensación de que los ejercicios que se plantean son una repetición de los deberes escolares procurándole una motivación para que su realización le resulte agradable a la vez que eficaz.

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Un medio vehiculante y difusor creado para compartir métodos, intervenciones educativas o programas, previamente experimentados como eficaces. El fruto de estas experimentaciones, las fichas de trabajo del alumno y sus guías prácticas para el profesor-educador, ayudan a lograr unos objetivos curriculares más diversificados y graduados en el desarrollo personal de los alumnos necesitados de educación especial.

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  1. Deyanira Monserrat Cabrera (propietario verificado)

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